martes, 26 de enero de 2021

Caifanes

 

Caifanes es una banda mexicana de rock en español que estuvo activa de 1986 a 1996, y de 2011 a la actualidad.

La banda empezó como un cuarteto conformado por Saúl Hernández (guitarra y voz), Alfonso André (batería), Sabo Romo (bajo) y Diego Herrera (teclados y saxofón), lanzando en 1988 el álbum debut Caifanes. En 1988 se unió Alejandro Marcovich (guitarra líder) y, ya estructurados como un quinteto, publicaron los álbumes Caifanes. Volumen II (más conocido como El diablito) y El silencio. Durante 1993, Romo y Herrera dejaron la banda y los miembros restantes (ya como un trío) publicaron el cuarto álbum, El nervio del volcán. Eventualmente, las diferencias que existían entre Hernández y Marcovich llevaron al retiro del grupo en 1995. Hernández continuaría con el proyecto Jaguares, el cual incluiría piezas de Caifanes además de nuevo material. Finalmente, en 2011, tras una reconciliación con Marcovich, Hernández formalmente revivió a Caifanes como quinteto. Posteriormente, sin que se presumieran más peleas internas, en 2014 un comunicado anunció que Caifanes regresaría al cuarteto original sin Marcovich.

A finales del 2018, anunciaron en medios de comunicación que saldría a la luz (luego de un cuarto de siglo desde su última producción musical), un nuevo sencillo. Este fue lanzado el 7 de marzo de 2019, en las plataformas digitales. Fue así como «Heridos» salió como preámbulo a un posible futuro trabajo discográfico. 

Teniendo como origen Las Insólitas Imágenes de Aurora, Caifanes emergió de la escena local mexicana como parte de la campaña difusora denominada "Rock en tu idioma" a finales de los años ochenta. En dicho tenor, dos de sus canciones («Antes de que nos olviden» y «Será por eso»), están consideradas dentro de las 100 mejores (musicalmente) del rock mexicano. Cinco más de ellas («Afuera», «La célula que explota», «Nubes», «No dejes que...» y «Viento»), se encuentran dentro de las 120 más representativas del rock hispanoamericano.

Aunque en un principio la música de Caifanes parecía ser profundamente oscura, densa, metafórica y críptica, la inclusión de «La negra Tomasa» en el repertorio del grupo no era casual: Hernández y Romo tienen raíces en colonias populares de la ciudad de México, por ello se utilizó el ritmo de cumbia como base. Sin embargo, Caifanes no volvió a apropiarse tan marcadamente de un estilo musical distinto del rock; por el contrario, incorporó elementos de la música popular mexicana en el esquema general de este.

Si bien en El diablito la mayor parte de las canciones puede ser calificada simplemente como rock, las letras comienzan a tomar elementos populares (como la integración total del dicho «De noche todos los gatos son pardos» en la canción homónima) y con «La célula que explota» se marca en gran medida el estilo clásico de Caifanes: letras demandantes y poéticas y música a caballo entre el rock y la música mexicana. La presencia de Alejandro Marcovich, a partir de este disco se vuelve fundamental en el sonido del grupo, a tal grado que, para muchos fanáticos, la diferencia principal entre Caifanes y Jaguares consiste en el estilo del guitarrista.

«La célula que explota», construida como una balada rock con arreglos de mariachi y marimba, es la primera de una serie de amalgamas. En El silencio las fusiones tocan de nuevo la música con una fuerte cadencia rítmica que en México se tilda de "guapachosa" («Nubes», «Hasta morir», «Para que no digas que no pienso en ti»), pero también la banda («Piedra»), e incluso aparece una versión de un son veracruzano: «Mariquita», donde se combinan las tradicionales jaranas con las guitarras eléctricas de Marcovich. Por último, en El nervio del volcán experimentaron con rítmicas indígenas («Afuera»), dieron un toque de bolero a las percusiones de «Ayer me dijo un ave» y construyeron «La llorona» sobre el vals tradicional del mismo nombre.